Este es un peral que compré hace ya unos años, con la intención de hacer con él un bonsai. Desde el principio lo he tenido en esta maceta, y hace unos días decidí que ya era hora de trasplantarlo a otra más pequeña
Así que me puse manos a la obra
Con una sierra corté el cepellón, y después le quite´toda la tierra y dejé las raíces al descubierto. No os puedo enseñar cómo lo hice, ya que la foto me salió desenfocada. Pero supongo que os haréis una idea
Después de lavar bien las raíces
La planté en la nueva maceta. Las raíces de los bonsáis se tiene que atar a la maceta, para que queden fijos y no se muevan. Esos polvitos blancos son para ayudar a las raíces a que enraícen mejor.
Esta tierra es akadama, una tierra especial que nos mandan desde Japón, es una arcilla granular de color marrón rojizo de origen volcánico, que hace que el bonsái conserve la humedad
Y aquí mi peral ya trasplantado, para el próximo otoño le haré una buena poda
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