El verano del 2010 tuve un amigo que venía todos los días a visitarme cuando me encontraba en mi huerta. Se trataba de un abejorro, al que bauticé con el nombre de "Maya", ya que me recordaba a ese personaje de los dibujos animados.
No os podéis hacer una idea de lo descarado y atrevido que era, en cuanto llegaba y si no le decía nada, volaba a mi alrededor como saludándome y diciendo. ¡Qué ya estoy aquí!
Creerlo, y es cierto lo que digo, os aseguro que venía a saludarme, un día llegó a rozarme la cara con sus alas, me dió un susto tremendo.
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