Paseando por el pueblo de Azofra, situado en el Camino de Santiago, vi a este gatito asomado en el balcón de su vivienda. Y eso, que era una mañana fría y helada del pasado invierno.
Acabo de descubrir este otro blog de tu autoría y he decidido quedarme aquí también.
Siempre he pensado que todo aquello que invite a traspasar a otro espacio, como una puerta, ventana, aldaba o un umbral, tienen algo de mágico.
Si a esto, le unimos la imagen entrañable de un animal, capturada con toda la espontaneidad a la que el momento obliga, entonces, el resultado puede ser sublime.
Te felicito, por esta capacidad de capturar belleza.
En un principio solo me fijaba en las puertas, pero desde el primer gato que descubrí no he dejado de interesarme por cualquier mascota. Todos me encantan, pero sobre todo los gatos, no porque yo tenga gatos. Me gusta verlos sentados en los umbrales de las puertas y ventanas.
¡Hola pacasapena!
ResponderEliminarAcabo de descubrir este otro blog de tu autoría y he decidido quedarme aquí también.
Siempre he pensado que todo aquello que invite a traspasar a otro espacio, como una puerta, ventana, aldaba o un umbral, tienen algo de mágico.
Si a esto, le unimos la imagen entrañable de un animal, capturada con toda la espontaneidad a la que el momento obliga, entonces, el resultado puede ser sublime.
Te felicito, por esta capacidad de capturar belleza.
Un abrazo.
En un principio solo me fijaba en las puertas, pero desde el primer gato que descubrí no he dejado de interesarme por cualquier mascota.
EliminarTodos me encantan, pero sobre todo los gatos, no porque yo tenga gatos. Me gusta verlos sentados en los umbrales de las puertas y ventanas.