A orillas del río Canales una terraza de un bar nos invitó a sentarnos. Allí sentados y relajados pasamos un buen rato, degustando un rico bocata de jamón serrano, mientras escuchábamos el sonido de los pájaros y el murmullo del agua.
Después de haber estado recorriendo todas las calles de Canales de la Sierra, y las de Villavelayo, al igual que este perro, nosotros, también nos merecíamos un buen descanso.
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