Un día cogí la máquina de fotos, salí al jardín en el momento en el que los aspersores estaban en funcionamiento y me puse a practicar con mi nueva cámara de fotos
La verdad es que no quedé muy satisfecha, pero lo que si que os digo es que me lo pasé fenomenal y disfruté mucho.
Y no sólo yo, mi vecina también lo hizo, pues al día siguiente me comentó que tanto ella como sus hijos estuvieron mirando lo que yo hacía, se lo pasaron bomba viéndome correr de un lado al otro del jardín, esquivando el agua.
El más pequeño del jardín
Gota de agua
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